Ambos sabemos que no vas a leer esto. Quizá tardes un par de párrafos más, pero entonces cerrarás la ventana del blog y, simplemente, te pondrás a hacer otra cosa. Evidentemente, es culpa mía. Totalmente culpa mía.

martes, 5 de febrero de 2013

The one to sing the blues

Suena Janis Joplin, que siempre ayuda a inspirar. Su voz, más que característica, aguda y rasgada; su esencia setentera. El blues lento, como tiene que ser un blues; fue inventado para ello, para llevar la melancolía más magnífica a sus selectos oyentes. No deberían llamarse oyentes, porque el que se limite a oír un blues no reconoce su alma. El blues es para escucharlo, para sentirlo, para recibirlo dentro, leyéndolo con el mayor placer, hasta que sea el mismo blues el que se haya metido en tus entrañas y te esté escuchando a ti. Por eso su público es reducido: no hay tantos que se fascinen con esto. Y deja su mancha azul en tus oídos, haciendo que percibas la vida filtrada por él, volviendo triste cualquier paso que des. Puedes no creer lo que te estoy diciendo, parece inverosímil; pero todo bluesman tiene sus oídos manchados de tinta azul, tiene su mente contaminada por la amargura del vivir. Son músicos que han ido descomponiendo su experiencia a cada séptima, expertos en transmitir.

La emoción se va fugando por los dedos, que han encordado con caricias los acordes sobre los trastes. Hombres con una única compañera, su soledad, y una única pasión en la vida, dejar sus inconfundibles marcas en la historia de la música. Ellos han asentado los pilares de la mejor música y se han quedado en el sótano. Y desde los más bajos estamentos de la  jerarquía musical, han sobrevivido décadas y décadas viviendo o malviviendo de su pasión.

Esto va dedicado a los bluesman que han hecho posible la música, y que para tantos son desconocidos, por desgracia. Los reyes, Freddy, Albert y B. B., Bo’ Diddley, Sonny Boy Williamson, Muddy Waters, Buddy Guy, Eric Clapton, Johnny Winter, John Mayall, Rory Gallagher, Stevie Ray Vaughan, Jeff Beck, Duane Allman, Gary Moore, y todos los que me dejo. Entidades con cinco extremidades: dos brazos, dos piernas y una guitarra.

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