Ambos sabemos que no vas a leer esto. Quizá tardes un par de párrafos más, pero entonces cerrarás la ventana del blog y, simplemente, te pondrás a hacer otra cosa. Evidentemente, es culpa mía. Totalmente culpa mía.

jueves, 21 de marzo de 2013

¿Él?

Vivía en un edificio lleno de sordos e inmigrantes extravagantes, en el sur de la ciudad. Fumaba cigarrillos baratos y bebía whisky caro. Tenía acceso a un pequeño minibar lleno de botellas vacías; ¿alcoholismo? No le hacía falta ni salir ni divertirse para beber. El piso era grande, y de noche se le hacía infinito, quizás por el silencio, quizás porque no solía contar sus pasos de madrugada. Cuando no hacía rocanrol, escribía, y cuando no escribía, llevaba a cabo el resto de su vida. Discutía consigo mismo frente al espejo, normalmente de noche o cuando se quedaba solo, mientras echaba lentamente el humo de su boca contra su reflejo. En sus retorcidos y huesudos dedos habitaban anillos de plata, y en las yemas, los gajes del oficio. Su cuerpo serpenteante le gustaba menos que peinarse, e intentar cambiarlo le resultaba tan cómico como deplorable: él era así, simplemente. ¡Y a tomar por el culo! Salía ocasionalmente a la calle a no hacer nada, a sentarse, a mirar tras unas gafas de sol, a buscar algún lugar interesante o a encontrar las ganas de volver a casa. Si por él fuera, saldría cada noche, sin cartera siquiera, a quitarles el polvo a las aceras de las noches entre semana, que no parecen las mismas que los viernes o sábados. Era de los que se miran en los escaparates pensando que quien le viera creería que está mirando el interior del local; mentira: era un narcisista inverso, excéntrico. Nunca le hizo falta pelearse con nadie, y  no fue por falta de ganas, sino por esos principios suyos que quiso dejar claros después de torearlos por mil y una plazas. Admiraba tanto a Fogerty como a Armando de Castro, tanto a Krahe como a Gahan. No podría elegir ni su disco favorito ni su mejor amigo. Amó todo lo que pudo, pero ni mucho menos a todas las que pudo; eligió. Nunca se tiró en paracaídas ni fue a la ópera, aunque seguramente deseó en algún momento ambas cosas, a la vez incluso. Lloró, ¡y tanto que lloró! Se divirtió siempre que pudo, no siempre que le dejaran, aunque eso le valió más de un tropiezo (en sentido metafórico y no tan metafórico). Pero se rió como un auténtico cabronazo durante toda la vida, aunque se riera solo y fuese objeto de reproches y malas caras. Odiaba la cerveza sin alcohol, leía en el autobús y sonreía a los conocidos desconocidos. Tardó muchos años en plancharse una camisa, pero muy pocos en contar historias. Olvidaba frecuentemente los protocolos, cayó mal, se hurgaba la nariz cuando nadie le miraba, rompió puertas de una patada, le gritó a su madre, era miope e imbécil. Tenía de todo y para todos los gustos, para bien y para mal. Si se acordaba, guiñaba un ojo al despedirse, y si no, decía “hasta luego”, nunca “adiós”. Él nunca decía adiós, le sonaba distante y cortante. No tenía término medio: o era el alma de la fiesta o un soso de cojones. O dormía lo justo para llegar a la siesta o se tiraba catorce horas en la cama, del tirón. O se rapaba la cabeza o se dejaba crecer la melena. O vestía como un motero o iba en chándal. Era de las pocas personas que no coleccionaba nada. ¿Recuerdos? Un clásico, la pena es que tuviera tan mala memoria. De vez en cuando y con alguna que otra ayuda, volaba, tanto dentro de un abrigo como de un batín. Realmente quería mucho a los que estaban a su lado, pero nunca supo bien cómo hacérselo saber. Y la cagó infinidad de veces con todos y cada uno de ellos —más ellas que ellos—, pero aprendió que la vida iba de eso. Así era él, o al menos, una pequeña parte, pues muchas veces él mismo se sorprendía descubriendo nuevas facetas que salían a la luz en cuanto la vida les dejaba ocasión. Él era muchas cosas más de las que aparecen aquí, pero tampoco es cuestión de desvelar todo el contenido del libro con tan sólo haber leído, en la portada, la primera palabra del título.



6 comentarios:

  1. Aunque parezca que no, te leo, nunca lo dejaré de hacer, espero que tú también me leas. :3

    ResponderEliminar
  2. También gran amigo, gran persona y alguien sin el cual no podría vivir.

    ResponderEliminar