Me siento perseguido por mí mismo, y es una sensación agobiante…
Mi mente no hace más que darse la vuelta para ver si alguien me sigue. Mientras tanto, inocentemente, intento ignorarla. Más que nada, para no preocuparme. Pero también sé que, tarde o temprano, tendré que girarme yo también, y la “preocupación” se transformará en “ocupación”.
No sé qué hacer, si seguir igonrándola, como si mi mente no formara parte de mí, como si se hubiera vuelto paranoica y no mereciera que pensara tanto en ella, o si hacerle caso de una vez y dejarme de excusas para no querer ver qué me sigue. ¿Será el miedo a ver que sí, que me siguen, y aunque lo sé no lo quiero reconocer? Darle la razón a mi mente sería de locos. Pero es que me da la impresión que la tiene.
Y es que mi mente es la sombra del humo que sale de una colilla aplastada con rabia en un cenicero, que aún así, se consume.
No fumes, que es malo :P
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