Ambos sabemos que no vas a leer esto. Quizá tardes un par de párrafos más, pero entonces cerrarás la ventana del blog y, simplemente, te pondrás a hacer otra cosa. Evidentemente, es culpa mía. Totalmente culpa mía.

martes, 4 de diciembre de 2012

Directo al tercer vagón

– No, no, no. Otra vez.

Se desencadenó un leve murmullo acompañado de más de un suspiro y algún resoplido. La pasión, cuando viene en toneladas, aplasta a cualquier apasionado. Volvían a sonar las hojas de las libretas de pentagramas corriendo hacia atrás. Sonó el “la” del violín principal, y con él, casi un centenar de “las” más.

El director, hombre serio, grande y barbudo, se apretaba las sudorosas sienes, con la batuta a punto de sacarle un ojo. Se apoyó en el atril de forma un tanto ortodoxa y alzó la mirada hacia los músicos. “¿Éstos eran los mejores? Sí, los mejores en no practicar en su casa la maldita pieza”.

– Vale, empezamos desde el segundo movimiento –más resoplidos–. ¿Alguien tiene algo que decir?  –empezaba a poner su tono serio, alzando la voz y haciendo retumbar la cámara de ensayo– ¿Dudas, quejas? ¿No? Pues vamos a hacer el segundo jodido movimiento.

Volvían los arcos a las cuerdas, los labios a las boquillas, las mazas a las membranas. Y toda la atención de las miradas se concentraban en la punta de la batuta. Comenzó ésta a balancearse, poniendo banda sonora a su movimiento acompasado. Avanzaba la pieza de forma favorable, aunque el gesto amargo del director podía ser saboreado por todos y cada uno de los paladares de los músicos. De repente, dejó caer sus brazos, mirando al techo. Bajó la vista e inquirió de forma grave:

– A ver. Hay un chelo que ha tocado un fa sostenido. Ese fa es natural. Na-tu-ral. ¿Quién y por qué toca como si tuviera Parkinson? Porque si tiene dificultades para tocar, lo enviamos a la banda de la asociación de vecinos de aquí al lado.

En un principio, ni una palabra ni ninguna mano alzada. Hasta que sonó un tímido “yo” en la tercera fila.

– Que tus compañeros te lo agradezcan. Volvemos a empezar, segundo movimiento.

El murmullo aumentó, y los golpes de la batuta contra el atril pareció amansarlos. Las hojas hacia atrás de nuevo y los músicos de nuevo a punto. La sinfonía empezaba a sonar cargante, ya se hacía pesada a los oídos. Ya no apasionaba ni a su compositor. Sonaron de nuevo las primeras notas, y en menos de quince segundos, un “no” hizo eco por encima de la melodía.

– No, no y no. Otra vez.

– ¿Pero usted de qué va? Nos hemos pasado hora y media del final de la sesión. Llevamos cuatro horas y media tocando el mismo fragmento. ¿Se acuerda de lo que es el cansancio?

Un percusionista, de pie en la última fila, dijo basta. Estaba, como se suele decir, hasta los huevos.

– ¿Me vas a hablar tú de cansancio? ¿Estás de coña?

– Mira, a ti se te ha olvidado lo que es la música. Ahora miras un pentagrama y sólo sabes ver un montón de símbolos que ensuciar. Ya no disfrutas de tu trabajo y lo pagas con los que aún sentimos algo al tocar y escuchar. No te acuerdas de la expresividad ni de la autonomía, y una orquesta no puede ser una “dictadura compositiva”, digamos. Y eso hace que pierdas el respeto de los músicos, que los ensayos sean malas caras y que cueste coger un instrumento con ganas. Se ha convertido en una copia de quien lo hizo con la mayor exactitud, y eso colapsa y limita la música. Me compadezco, de verdad, porque la magia cuesta mucho de recuperar. Y con la forma de entender la música tan diferente que tenemos, no me da la gana de tocar lo que tú me digas como tú me digas. Ahí te quedas, prefiero el jazz.

El portazo dejó el habitáculo con la exclamación que deja el silencio de la conciencia.

http://www.youtube.com/watch?v=S1GrP6thz-k

5 comentarios:

  1. Jope, me encanta como escribes, no se como te salen esas bonitas palabras al escribir, te admiro , yo tengo un bloc, pero es otra manera de escribir lo mio.Me encanta esta entrada sobre la musica y lo que quieres decir con esto.
    Te felicito.

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    1. ¡Muchas gracias, pequeñaja! Espero que te haya gustado de verdad,y sigue escribiendo, sea sobre lo que sea tu Blog. ¡Suerte!

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  2. El puto amo, como siempre Adrián. Lo tuyo es un don con las palabras y lo demás son tonterías.

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    1. Yo que no me sonrojo nunca y mira... Jajaja ¡Muchas gracias, Gina! Y gracias por leerme, también. Si nadie me lee, no existo. Recuerda: ser es comunicar. Jajaja

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  3. Buenísima entrada, como siempre nos tienes acostumbrados.
    Refleja muy bien el significado de música como sentimiento/diversión no como obligación,porque todo es música, bueno... casi todo.

    PD: Perdona por comentar más tarde de lo normal pero ya sabes como es estudiar. :3

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